Adrián Pertoldi
La transferencia de Ronaldinho al Milan genera una incertidumbre que envuelve a todo el ambiente futbolístico. Las preguntas surgen por doquier: ¿Podrá adaptarse al siempre complicado fútbol italiano? ¿Quedará desligado de los rumores constante de sus salidas nocturnas? ¿En qué momento de su carrera llega este enorme desafío? Preguntas y más preguntas que no tienen una respuesta sólida, esas mismas que seguramente se disiparán cuando aparezca su figura en el verde césped y empiece a mostrar su repertorio.
Con este refuerzo, los hinchas rossoneros tienen razones de sobra para ilusionarse. Pensar en un mediocampo conformado por Andrea Pirlo, Clarence Seedorf, Kaká y Ronaldinho certifica un conjunto que practicará un fútbol de alto relieve, con la marcada filosofía de tratar la pelota en el piso, fiel pensamiento que propone Carlo Ancelotti, un entrenador sumamente capacitado para manejar distintas figuras de envergadura y que siempre obtiene un plus adicional de sus dirigidos. Además cuenta en la ofensiva con Alexandre Pato (en pleno crecimiento tanto físico como tácticamente), Inzaghi y Borriello, otro punta que volvió tras una brillante temporada con el Genoa.
Las secuelas que sufrió en la última temporada en el Barcelona tendrán que superarse rápidamente para no provocar las críticas de la prensa, tan expectante de contemplar con qué futbolista se encontrará el club italiano. En sus declaraciones de rigor, el brasileño prometió sacrificio y templanza para superarse continuamente y alejar el fantasma de las lesiones, esas mismas que se transformaron en una cotidianeidad en su vida profesional. Otro aspecto importante es que finalmente y luego de tantas ideas y venidas, el ex futbolista de PSG podrá participar de los Juegos Olímpicos de Beijing, ya que recibió la autorización de su nuevo club. Quizás en esta cita olímpica pueda reencontrarse consigo mismo y poder desandar un nuevo proceso en su carrera.
La apuesta del Milan vaya si es importante. Los 21 millones de dólares que pagará parecen cortos a comparación de las cifras que se pedían en otras épocas. Sin embargo, y el tiempo lo ha certificado, ese Ronaldinho no es el mismo. No sabremos a ciencia cierta cuánto durará el periplo del brasileño, aunque la dirigencia del equipo italiano, bajo la atenta mirada de Silvio Berlusconi, considera la necesidad de recuperar a un talento de la magnitud del 10. Convertirlo nuevamente en aquél que sorprendía con sus genialidades al mundo será el objetivo primordial. Estará rodeado de futbolistas plenamente ganadores en los cuales podrá confiar para poder despegar de nuevo. Por su bien, y por el del fútbol.
1 comentario:
Qué interrogante lo de Ronaldinho, quien te dice que resurja de las cenizas, muy bueno el programa
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