Por Adrián Pertoldi
Ha llegado la hora de fijarnos, según mi consideración, en uno de los volantes más exquisitos que siguen jugando en el fútbol europeo: Robert Pires. Este hombre nacido en la localidad de Reims (Francia) tiene diversas características tales como su dinámica, la pegada y polifuncionalidad en el centro del campo, pudiéndose mover por cualquiera de las bandas, con un ida y vuelta destacable.
Allá por el año 1992 arrancó su carrera en el Metz, donde en 1996 fue ganador de la Copa de Liga consagrándose como máxima figura, lo que le posibilitó poder llegar a la selección francesa, que en 1998 consiguió la Copa del Mundo, con la figura de Zinedine Zidane, Didier Deschamps, Laurent Blanco y Lilliam Thuram, entre otros, al vencer en la final a Brasil por 3 a 0.
Luego de esa fabulosa experiencia, se incorporó a las filas del Marsella, donde en 1999 llevó a su equipo a la final de la UEFA. En 2000, ya consolidado en las filas de su selección, obtuvo la Eurocopa tras vencer en una agonizante final a Italia por 2 a 1. También fue bicampeón de la Copa de las Confederaciones (01/03). En el combinado de su país suma 79 partidos y 14 goles. Veremos que con apenas 8 años de carrera, Pires ganó títulos que muy pocos pudieron conseguir en toda su historia.
A partir de ahí, fue transferido al lugar donde realmente se convirtió en uno de los mejores 10 jugadores del mundo: Arsenal. En Londres pudo desenvolver todo su talento, bajo la mirada de Arsene Wenger, quien lo cobijó y permitió que este francés manejara los hilos ofensivos de su equipo y conformara junto con Thierry Henry, una de las duplas más mortíferas por aquellos tiempos. Explosión, calidad, gol y por sobre todo lujos eran moneda corriente en aquellos Gunners. Los títulos hablan de por sí solos: tricampeón de la Copa Inglaterra y bicampeón de la Premier League con el Arsenal, conjunto con el que también fue finalista de la Champions League.
En un proceso de recambio que determinó la salida de varios referentes (Henry, Ljungberg y Bergkamp) Pires prefirió marcharse al Villarreal en la temporada 2006-2007, convirtiéndose en uno de los refuerzos de lujo del Submarino, con el objetivo de que aporte toda su experiencia al equipo. Lamentablemente, cuando apenas contaba con un par de partidos en el conjunto de Pellegrini, Pires sufrió la rotura de ligamentos cruzados y lateral interno en su rodilla. Pudo recuperarse y ya en esta temporada se erigió como un valor importante (2090 minutos) para la brillante campaña que realizó el Villarreal en la Liga de España.
Robert Pires. Talento, dinámica, buen juego y creatividad. Argumentos sólidos para confirmarlo como un elegido de Doble Cinco. Ante tanto atolondrado, velocista y picapiedra, Pires es sinónimo del fútbol que le gusta a la gente. A disfrutarlo...
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