"Si bien la gente puede tomar esto como un fracaso, yo aprendí mucho en estos cinco meses que para mi fueron como cinco años". También hizo una autocrítica de su pobre gestión al mando de Independiente: "Cometí muchos errores. El primero fue asumir antes de tiempo. Me hice cargo de problemas que no me correspondían y eso me pasó la cuenta".
Una verdadera lástima que a Borghi no le haya ido bien en el maquiavélico fútbol argentino, siempre tan glotón en devorar técnicos por doquier y no respetar ni un año de trabajo. Siempre se cae en la misma parafernalia de criticar a los dirigentes que no se hacen cargo de las decisiones que toman en el primer equipo, como por ejemplo la elección de un entrenador acorde a sus intereses. Debemos reconocer que la campaña de Independiente ha sido discreta, y en términos futbolísticos, ciertamente dudosa de que llegara al difícil paladar del hincha Rojo.
Tal vez el ex Colo Colo le ocurrió lo mismo que a Alfio Basile. Se dio cuenta que los jugadores no entendían su mensaje y en consecuencia no podían ejercerlo en verde césped, lo que precipitó su salida. Resulta extraño teniendo en cuenta el proceder de Borghi, siempre abierto al diálogo con el futbolista, de que sea fuente de consulta permanente. Para ejemplificarlo, lo consultó a la estrella del equipo, Daniel Montenegro, que delantero le gustaba para que lo acompañara. Y de ese modo llegó Leonel Nuñez. Esa forma de actuar no se encuentra en todos lados.
Por Avellaneda se respiran aires de tranquilidad tras la asunción de Pepé Santoro con victoria incluida en Santa Fé ante Colón por 2 a 1. Sin embargo, quedan algunos resabios del pasado.
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