De película...

"No firmé nada con Boca. Me enseñaron el contrato y tuve claro desde el primer momento que no era mi firma. No sé de dónde apareció esa firma".

Una historia con final abierto. Y con ribetes de película de enredos. Sebastián Nayar, la joven promesa de Boca que decidió marcharse del club xeneize para recalar en el Recreativo de Huelva, afirmó en el diario español Marca que los dirigentes argentinos falsificaron la firma de su contrato y que necesita tiempo para determinar su inocencia. Esto sucede en tiempos que la FIFA falló a favor de la entidad comandada por Pedro Pompilio, cuya resolución requiere la vuelta del joven a Argentina y que el conjunto español plantea incorporar a otro futbolista en reemplazo de él.

Nayar afirmó que "no tenía ningún sentido que haya firmado un contrato el día 23 de junio, según aparece en ese contrato (que está en poder de Boca), y cuatro días más tarde esté en Huelva arreglando los papeles con el Recreativo. Es ilógico. No soy una persona tan ilógica", argumentó el futbolista, el cual se ve envuelto en una situación para nada fácil de dilucidar.

La realidad indica que Nayar mantiene su relación laboral suspendida con el Recreativo, aunque en el día de hoy realizó varios firmas ante un escribano con el objetivo de que un perito calígrafo las coteje con la misma que aparece en el contrato aportado por Boca.

"El Recreativo es el gran perjudicado, porque tiene un jugador menos y lo padece tanto como el jugador. Esperamos que se demuestre en breve que Sebastián no firmó nada y disponga del pase provisional", dijo ayer el abogado del jugador en España, Luis López de Castro. Desde Argentina, el vicepresidente tercero de Boca Juniors, Juan Carlos Crespi, indicó que el club esperará la vuelta del mediocampista.

Siguen las secuelas del caso Nayar. Ahora se argumenta una falsifícación, cuestión de doble filo que podría tener consecuencias tanto en España como acá. De película...

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