¿Cómo explicar el fenómeno de Jamaica en las pruebas de corta distancia? Tal vez la explicación haya que profundizarla desde la formación educativa inicial que cada jamaiquina/o obtiene. A partir de un sólido programa de atletismo, ya al nivel preescolar, se le otorga a niños la posibilidad de participar en campeonatos de dicha especialidad.
Jamaica, una isla de 2,7 millones de habitantes, posee una cultura olímpica que muchos países de mayor desarrollo y posibilidad de progresos envidiaría a más no poder. A partir de ahí, contemplamos que se fomenta la práctica de este deporte desde todas las edades, asunto que las autoridades argentinas tendrían que observar con el objetivo de impulsarlo en nuestro país. La isla caribeña tiene predilección por las carreras cortas de atletismo. Pero hay que pensar en su pasado y su población compuesta sobre todo por descendientes de esclavos negros del Africa occidental para entenderlo.
Ojo, también hay explicaciones científicas: Según un estudio académico conjunto realizado por la Universidad de Glasgow y la Universidad de las Indias Occidentales, la fuente del poder de Jamaica en la velocidad es el "Actinen A", un componente en las fibras musculares de contracción rápida que no poseen en la misma proporción, por citar un caso, los atletas australianos.
No obstante, siempre el fantasma del dóping aparece revoloteando cuando se habla de los atletas de este país del Caribe. La primera razón se basa en que en Jamaica no existe un instituto de control con el fin de controlar a los mismos. Siempre se escucha el rumor de que se mantienen dopados hasta faltando muy poco de las competencias y luego en los análisis que se les realizan en los Juegos Olímpicos por una cuestión cronológica desaparecen esas sustancias prohibidas. Son voces que serpentean y que todavía no hubo ningún caso que ejemplificara lo denotado anteriormente.
Jamaica destronó a los mismísimos Estados Unidos del liderazgo de las pruebas de velocidad. Bolt, Frase, Simpsons y Stewart entraron en la historia y pusieron a su país en lo más alto de Beijing. Para que Marley no se sienta tan solo...
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