"Se lo dije a los dirigentes. Lo hablé con ellos y los jugadores. En estos meses las cosas no funcionaron y es justo dejarle el lugar a otro. No es una decisión apresurada, ya lo venía manejando. No pude darle en estos meses aquello que los jugadores necesitaban. "Ojalá que los dirigentes encuentren una persona que pueda amoldarse a este proyecto. Le digo gracias por estos ocho meses de trabajo y les agradezco a estos muchachos".
Con estas frases Roberto Sensini le puso punto final a su estadía de 8 meses como técnico de Estudiantes de La Plata, que en el día de hoy empató como local ante San Martín de Tucumán, generando una silbatina estruendosa por parte de sus propios hinchas.
Una decisión sorprendente teniendo en cuenta que el equipo platense se había reforzado con ciertas figuras de renombre (Calderón, Boselli y Gastón Fernández), sumado a una base consolidada hace tiempo y bajo el ala protectora de Juan Sebastián Verón, emblema por excelencia de Estudiantes, que era el motor fundamental para que Boquita continuara en el cargo.
Sin embargo, todo salió al revés. Las frecuentes lesiones de la Brujita le imposibilitaron disputar algunas fechas en este Apertura, cuestiones que hicieron que el equipo sienta esa baja como prioritaria. Impreciso, débil en la faz ofensiva y con sorprendentes errores defensivos, circunstancia extraña en Estudiantes, siempre relacionado en los últimos tiempos por su prestancia y seguridad en la zona de atrás. Se demostraba en la cancha esa sensación de extrañar al eje del equipo, lo que trajo en consecuencia resultados negativos a excepción de superar a Independiente en la fase previa de la Copa Sudamericana.
5 puntos sobre 18 fueron demasiado pocos para que Sensini siguiera como entrenador. Será cuestión de dar y barajar de nuevo, sosteniendo que el Pincha mantiene uno de los mejores planteles, en términos de calidad, de este extraño fútbol argentino.
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