domingo, 14 de septiembre de 2008

Qué finde nene!

Un fin de semana increíble. Así a modo groso se puede catalogar estos tres días en la vida de Sebastian Vettel, quien escribió una nueva página dorada en la historia de la F1. El piloto de la débil escudería Toro Rosso se impuso en el Gran Premio de Monza y se convirtió a los 21 años en el más joven en vencer en la máxima categoría del automovilismo. La anterior marca era adjudicada por el español Fernando Alonso, quien en Budapest 2003 ganó con 22 años.

El podio en Monza lo completaron el finlandés Heikki y el polaco Rober Kubica mientras que después se colocaron el español Alonso y el alemán Nick Heidfeld. Por la pelea del campeonato, Felipe Massa le descontó un punto más a Hamilton, que cuenta con 78 y lo sigue el piloto de Ferrari con 77. Restan apenas cuatro carreras y la próxima cita será en Singapur.


Las páginas deportivas de los diarios del mundo denotaban ayer lo conseguido por Vettel, que se había quedado de forma magistral con la pole position. Sin embargo, se generaba un marco de escepticismo en torno a lo que sucedería en la carrera. No obstante, el alemán siguió desandando la senda triunfal y se quedó de manera brillante este GP, teniendo en cuenta la dificultad que planteaba la pista debido a la copiosa pero intermitente lluvia, que generó al arranque que la prueba empezara con la presencia del Auto de Seguridad.


El verborrágico Lewis Hamilton, quien había partido decimoquinto, se ubicaba en la segunda colocación y basándose en una inteligente estrategia que consistía en tener sólo una parada se acercaba de forma peligrosa a las huestes de Vettel, aunque al secarse la pista tuvo que parar para modificar las gomas y perdió la oportunidad final de acercarse al teutón. Así iba a terminarse este Gran Premio, que sin dudas, quedará marcado a fuego en la historia. Ni Vettel lo debe creer...

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