Habrá que felicitar al árbitro Matt Goddard por su extraordinaria vista para sancionar un try sin recurrir al TMO y que ni siquiera la televisión pudo comprobar si fue. Habrá que saludarlo también por su estricto apego al reglamento que le significó a Los Pumas nada menos que 21 penales en contra y 2 tarjetas amarillas, ambas, curiosamente, en los últimos minutos de cada tiempo. Habrá que aplaudirlo por haber dado sólo 13 segundos de descuento, justo el tiempo que Italia necesitó para pasar al frente en el marcador por primera vez en el test. Habrá, sin duda, que lamentar bastante esta derrota de hoy por 13-12 de Los Pumas, quizá la más dura de los últimos tiempos. Habrá que soportar ahora que el tercer puesto del ranking del IRB, ese que a fin de año va a determinar las cabezas de serie del Mundial 2011, quede en manos de Australia, el país donde nació Goddard.
Fue una tarde sencillamente negra, incluso por la temprana lesión del as de espadas de Los Pumas, Juan Martín Hernández, quien a los 18 minutos del primer tiempo se tuvo que retirar con una fractura en su mano derecha que quizá lo imposibilite de jugar el test del 9 de agosto con los Springboks. Hasta ahí, el Mago era decisivo con su pie. Pero, al margen de Goddard, los argentinos volvieron a mostrar un flojo nivel en un flojo partido que, además, y es justo afirmarlo, no merecieron perderlo.
Italia, con su universo de nacionalidades vistiendo la azurra, siempre complica a Los Pumas. Lo demuestra la historia. Es un partido aparte. Y hoy, sin hacer mucho, más que nada ensuciando la salida de la pelota de los argentinos y adaptándose mejor al reglamento de Goddard (les sancionó 11 penales menos que a los de camiseta celeste y blanca), se llevó una victoria concretada en la última jugada, donde supuestamente apoyó el hooker Leonardo Ghilardini, quien había ingresado en el segundo tiempo, más la conversión con lo justo de Andrea Marcato.
Los Pumas, con viento en contra en el primer tiempo, establecieron a los 33 minutos (pese a que ahí ya les habían sancionado 12 penales), una diferencia de 12-0, a través de dos penales de Hernández y otros tantos de Marcelo Bosch, quien ocupó la función de apertura cuando Juani salió lesionado. A cuatro del final descontó Marcato y enseguida Goddard le mostró tarjeta amarilla a Juan Gómez por una mini-gresca de la que también participaron jugadores con la camiseta azul, sobre todo el hooker Fabio Ongaro, quien fue el primero en ponerle la mano en la cara al ex pilar de Los Matreros.
En el segundo, Bosch tuvo una chance clara a los 6 y se fue desviada. Tres minutos después descontó Marcato. Y a los 28, con pleno dominio territorial (sólo eso) de Los Pumas, el ex Belgrano falló otra oportunidad inmejorable que les dio vida a los integrantes del seleccionado italiano (hoy presentaron como titulares a sólo seis nacidos en ese país). Si metía, los que representan a Italia necesitaban más de un try convertido.A falta de 6, Goddard interpretó que un tackle a destiempo del capitán Rodrigo Roncero merecía tarjeta amarilla. De esa acción y con uno más, Italia se metió cerca del ingoal argentino. Como venía la tarde, se veía el try, el que sólo vió Goddard.
El estadio Chateau, colmado pese a que a la misma hora jugaban Talleres y Racing de Córdoba, enmudeció. Goddard -¿lo premiará el IRB designándolo para el test con los Springboks?- cumplió con su labor al pitar el final ni bien el envío de Marcato puso el 13-12. Esta derrota duele más que otras. Por el rival, porque no se jugó bien, por el ranking, porque era la despedida de Los Pumas ante su público hasta el año que viene, por cómo el equipo no logró adaptarse nunca a los fallos de Goddard, porque no se generó ni una chance concreta de try, por la indisciplina (otra vez amarilla para el capitán).
Sergio Parisse, el capitán de Italia, que nació en la Argentina y se formó rugbísticamente en Universitario de La Plata, quizá no intuyó que el cierre perfecto a esta tarde negra fue su declaración de “no me siento argentino, sino italiano”. Cuando la tele estaba por ir a un corte comercial, se le escuchó a Agustín Pichot, hoy comentarista, un “Decí que lo quiero mucho…” El capitán supo interpretar el sentimiento de todos.
El balance de la ventana de junio es flojo, porque se cayó de local ante dos rivales que son inferiores no sólo en el ranking y sin jugar bien. Además, se perdió el tercer puesto, que ahora pasa a Australia, vencedor hoy de Francia por 34-13. Habrá que entender, como todos los habrá del comienzo, que Los Pumas están iniciando una nueva era y que indefectiblemente hay que hacerse amigos del tiempo en un escenario mundial que, como siempre, no aparece favorable. El camino, se sabe, es largo y, sobre todo, muy duro.
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