Carlos Juvenal (h)
El juez Enrique Gorostegui decidió la suspensión preventiva del contrato de gerenciamiento, pero Blanquiceleste todavía no se fue. ¿Cuáles son los argumentos del juez para echar a De Tomaso y su gente y por qué todavía no se fueron?
El juez Enrique Gorostegui decidió la suspensión preventiva del contrato de gerenciamiento, pero Blanquiceleste todavía no se fue. ¿Cuáles son los argumentos del juez para echar a De Tomaso y su gente y por qué todavía no se fueron?
Nadie duda que Blanquiceleste tiene decenas de incumplimientos, como por ejemplo, deberles fortunas a los actuales jugadores del plantel profesional. No darles de comer a los chicos de la divisiones inferiores, algo que ocurre hoy. Los pibes que viven en la pensión del club comen salteado. Tampoco la empresa cumplió con el convenio firmado con el predio Tita Mattiussi. Entonces cualquiera podría decir que los incumplimientos existen y por ende el contrato se podría dar de baja en un abrir y cerrar de ojos. Pero no.
La cuestión es que todos los incumplimientos de la gerenciadora fueron avalados tanto por el juez Gorostegui, quien por incompetencia o decida y absoluta complicidad, miró para otro lado. Lo mismo con el órgano fiduciario. Y lo mismo con los interventeros que pasaron por el club, tanto Héctor García Cuerva, el hombre clave en la llegada de Marín y compañía, su sucesor y ahora antecesor Nicolás Dilernia.
La cuestión es que la resolución de Gorostegui, como sus actos, tienen tan poco sustento que De Tomaso sigue paseándose por los pasillos del estadio Presidente Perón, obviamente cuando no hay partidos, como patrón de estancia, porque de algún modo todavía lo es.
García Cuerva y De Tomaso se reunieron, también el gerenciador charló con el juez y con la gente del órgano fiduciario y a todos les dijo lo mismo: “si quieren que me vaya me voy, pero me dan seis palos”. Textual, lo confirmó una fuente muy confiable de la entidad de Avellaneda.
El tema es que para dar de baja el contrato de gerenciamiento también hay que apuntarle al juez y al órgano fiduciario. ¿Quién se tiene que encargar de ese tema? Si, adivinó, García Cuerva.
El interventor, el juez y los “tres chiflados”, como algunos desubicados llaman a los honorables integrantes del órgano fiduciario, fueron los que arreglaron la llegada del gerenciamiento y saben cosas de uno y otros que por Avellaneda se afirma que de salir a luz habría más de un escándalo. “El juez es un fenómeno”, contó alguna vez García Cuerva, allá por el año 2000, cuando le preguntaron por Gorostegui.
Por eso, todo dependerá de la presión que se ejerza por De Tomaso, quien peleará hasta el final no por levantar la quiebra de Racing sino por lograr llevarse más dinero del club al que llegó para hacer negocio, algo que lo hechos demuestran, por más que asegure y grite todo lo contrario.
1 comentario:
Racing fue,es y será una gran crisis continua, no hay con que darle. Saludos
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