jueves, 3 de julio de 2008

Balance (negativo) del primer semestre


Por Eduardo Bolaños


A veces las apariencias engañan. En este caso, la primera impresión es que el tenis argentino no ha tenido una buena primer parte del año en general. Bueno, toda regla tiene excepción y las apariencias no nos engañan: fue un flojo semestre para nuestros jugadores.

Estamos transcurriendo los primeros días de julio y utilizando un término del turf, podemos decir que el calendario tenístico está “doblando el codo”, o sea, entrando en la recta final. ¿Qué dejó hasta aquí? ¿Qué puede venir?

Luego de su espectacular cierre de 2007, con títulos en dos Masters Series, la gran esperanza era ver a David Nalbandián formando, definitivamente, el poker de ases con Federer, Nadal y Djokovic. Lejos estuvo el cordobés de ser carta ganadora y casi siempre quedó en el mazo. Arrancó haciendo tercera en Australia (se esperaba más), pero febrero y marzo dejaron buenas impresiones: título en Buenos Aires, final en Acapulco y cuartos en Indian Wells. Aunque aquí ya se volvieron a ver cosas del “viejo” David: irregular e impreciso, debió salvar dos partidos prácticamente perdidos ante Gulbis y Stepanek, ambos estando 2-5 en el tercer set.

Luego hizo muy poco. Apenas los cuartos de Montecarlo y la semi de Queens. Va a regresar a la actividad a mitad de este mes, con los masters series de Canadá y Cincinnati, en la superficie que más lo favorece. Esperemos que las lesiones queden en el pasado.

Guillermo Cañas arrancó tarde por una lesión en la muñeca y con el peso de defender la gran cantidad de puntos que había sumado en su extraordinario regreso del año anterior. Se lo vio mermado de dos cosas decisivas en su juego: físico y confianza. Puede tener una buena segunda parte del año, con el agregado de disputar sus primeros, y merecidos, Juegos Olímpicos en singles y dobles.

Siempre es difícil reflexionar sobre hipótesis, pero ¿Cuánto condicionó a Juan Mónaco su casi absurda lesión en Viña del Mar? Recordemos que se había clasificado para la final y se golpeó con el banco de un juez de línea en un match de dobles. No pudo disputar el partido decisivo con Fernando González y le costó, luego, encontrar el ritmo de 2007. Apenas la final en Portschach, poco para alguien que está para más, sobre todo en polvo de ladrillo.

Juan Ignacio Chela y Agustín Calleri, transitando los últimos tramos de sus carreras, estuvieron irregulares, casi con la misma cantidad de victorias y derrotas (14 y 12, 17 y 15, respectivamente). José Acasuso, por su lado, no logra dar el salto. Tiene grandes condiciones, como el saque y el revés a una mano, pero no puede alcanzar la estabilidad emocional para estar en la pelea. Finalista en Buenos Aires y cuarta rueda en Miami, con victoria sobre Hewitt, fueron sus puntos altos en una temporada en baja.

Juan Martín del Potro siguió perseguido por las lesiones. Este puede ser un año de inflexión para el. Con la llegada de Franco Davín como coach, está incorporando cosas importantes para su despegue. Demostró que puede jugar bien en césped y que está en condiciones de ser un tenista integral. Es joven y se lo debe esperar.

Eduardo Schwank ha sido el soplo de aire fresco para nuestro tenis. Inició este 2008 en el puesto 175ª y el último listado lo muestra 60ª. Se le empezó a animar a los torneos ATP con suerte diversa, pero cuando volvió a los challengers, fue imbatible. Ganó tres títulos de esta categoría en forma consecutiva (Cremona sobre cemente, Roma y Bordeaux en ladrillo) y ahora llega el momento de reafirmar todo lo bueno. Tiene mente, físico y tenis.

Los números no siempre son un reflejo de la realidad, pero en este caso son una verdad absoluta. Disputada la primera mitad de la temporada, donde se juegan el 80% de los torneos de polvo de ladrillo y donde nuestro tenis se ha hecho históricamente fuerte, sólo ha dejado el título de Nalbandián en Buenos Aires. La comparación con el último lustro nos muestra que a esta altura había 4 conquistas en 2007, 2 en 2006, 5 en 2005, 4 en 2004 y 2 en 2003.

El ranking es otra muestra. Entre nuestros mejores exponentes, apenas tres subieron desde el 1 de enero (Nalbandián y Mónaco dos lugares, Acasuso quince puestos) y cuatro han descendido sensiblemente (Cañas 29 ubicaciones, Chela 25, Calleri 7 y Del Potro 18). Bien por Eduardo Schwank y Brian Dabul, ya que ascendieron 115 y 46 escalones respectivamente.

Lo que se viene son dos semanas muy fuertes sobre polvo de ladrillo. Al ser año olímpico, se reestructura esta parte del calendario y los torneos en esa superficie, que siempre se desarrollan a lo largo de todo julio, se harán en apenas quince días. Luego será el tiempo del cemento y los Juegos Olímpicos, con buena presencia nacional.

Para el final, la Copa Davis. Hasta ahora fue una cómoda victoria ante Gran Bretaña y un sufrido éxito ante Suecia, con heroica labor de Nalbandián frente a Soderling. El esquivo trofeo parece alejarse un poco cada día. Está en nuestros jugadores levantar su nivel para poder hacer lo mismo con la vieja y ansiada ensaladera. Ellos quieren. Ojalá puedan. Hasta la próxima...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena nota! Se ve que es alguien que conoce del tema. Estoy de acuerdo en todo, un mal semestre para el tenis argentino. Lo leo todas las semanas.
Saludos, Leo de San Isidro

Anónimo dijo...

Muy buen resumen d eun año muy poco relevante para el tenis nacional, muy buena la nota al Checho

Anónimo dijo...

Leo de San Isidro: el que escribio la nota (Eduardo Bolaños) sabe mucho de tenis y de estadistica. Es una computadora humana...
Gracias por comentar