sábado, 16 de agosto de 2008

Simplemente yo


Adrián Pertoldi note-doble5@hotmail.com


"Este partido lo salva solamente Messi", me dice un jubilado con años de tribuna, y que hoy por hoy sentado en un café, te explica lo que es la esgrima, judo, vela y remo y se refiere a los Santiago Fernández, Paula Paretto y Julio Alsogaray como si estuvieramos hablando del primo, la nieta y el sobrino. Más allá de un sábado a la mañana, con pocas ganas de levantarme, este compromiso de la selección ameritaba hacer el esfuerzo para poder observar a Argentina que se enfrentaba con Holanda para determinar quién iba a ser el semifinalista de los JJOO.

Tenía razón el octogenario. Únicamente la magia de Lionel Messi pudo resolver un enigmático partido ante un conjunto que marcó con uñas y dientes atrás y que se solventaba en la faz ofensiva gracias al aporte importante de Ryan Babbel, el delantero del Liverpool, que complicó de sobremanera a la defensa argentina. Por el lado del equipo de Sergio Batista, quien se la jugó por Ángel Di María en lugar de Ezequiel Lavezzi, con el objetivo de generar más futbol en el mediocampo y llegar de modo vertical al arco holandés.

Esta última premisa se cumplió a medias. Di María aportó ganas y velocidad pero careció de claridad para abastecer a Sergio Aguero, un futbolista grandioso que no está encontrando su mejor forma física en estos Juegos Olímpicos, a pesar de que en el partido de hoy mostró retazos de su habitual repertorio. Otro aporte negativo fue sin dudas la actuación de Juan Román Riquelme, al cual se lo notó desorientado y por ende no pudo llevar los rieles del equipo como sólo él puede hacer. ¿Y Messi? Destellos de talento y potencia (su gol denotó esto) durante los noventa minutos, aunque se lo veía enclaustrado en el andarivel derecho y lejos del arco contrario, sitio donde genera mayor daño.

Llegó el suplementario. Salió el Kun y entró Lavezzi con su dosis de velocidad y talento que oxigenó a Argentina. Cuando los penales parecían sellados, apareció Messi en su máximo esplendor y a partir de un pase "bochinesco" habilitó perfectamente a Di María, que con un suave zurdazo venció la resistencia del arquero holandés. Y cosa juzgada. Lionel lo hizo nuevamente...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que en la ultima oración simplifica lo que fue el partido, esos que ganan los cracks


Saludos