Por Adrián Pertoldi
Era un rumor que circulaba en los últimos días y que acaba de tener confirmación oficial. Jon Uriarte dejará su cargo como entrenador del seleccionado argentino masculino de voleibol, según lo determinado por el consejo directivo de la Federación del Voleibol Argentino (FeVA), quien decidió de forma unilateral no renovarle el contrato al ex técnico de Olympikus de Azul.
Dicha institución expresó que se tomará “el tiempo necesario” para resolver sobre quién será el nuevo director técnico. Tiempo sobra, debido a que Argentina no tiene actividad programada para el segundo semestre del año, ya que fue excluido por razones económicas de la Liga Mundial y no se clasificó para los Juegos Olímpicos de Beijing.
Así se pone fin a un proceso que tenía como objetivo cuasi fundacional del vóley nacional la llegada de nuevos valores a la selección argentina, los cuales ocuparían el lugar de los Milinkovic, Elgueta, Weber y tantos otros. Uriarte cumplió ese primer fin aunque los resultados no lo ayudaron para permanecer en el cargo. Tal vez el ejemplo paradigmático resultó la no clasificación para los Juegos Olímpicos de Beijing, al perder en el Preolímpico como local ante Venezuela. Aquí existió un punto de desequilibrio en la relación del cuerpo técnico con los dirigentes, que con el transcurso del tiempo dictaminó esta salida.
"Dolió mucho quedarse afuera de Beijing pero la entrega del equipo me ilusiona a seguir adelante. Nuestro proyecto de selección apuntó desde un primer momento a realizar un trabajo con perspectiva a más de siete años. Recién ahí podrán verse resultados interesantes para nuestro voleibol", manifestó Uriarte en una conferencia de prensa hace unos días. Su discurso está en lo cierto, situándolo en un contexto donde tuvo que realizar el recambio generacional necesario en pos de conseguir a futuro una selección respetable a nivel mundial. Futuro, paciencia y tranquilidad. Argumentos sólidos que los dirigentes de turno del vóley no deben conocer...
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